Joludi Blog

Abr 26
Eras.
En el colegio estudias que la Edad Contemporánea comienza con la Revolución Francesa. Yo creo que no es para tanto. Esto lo debieron concebir los historiadores decimonónicos. Nadie puede negar el valor simbólico del jaleo que montaron los...

Eras.

En el colegio estudias que la Edad Contemporánea comienza con la Revolución Francesa. Yo creo que no es para tanto. Esto lo debieron concebir los historiadores decimonónicos. Nadie puede negar el valor simbólico del jaleo que montaron los jacobinos. Pero no fueron tantos ni tan trascendentes los cambios que en sí misma produjo aquella revolución. A Napoleón le corona el Papa, después de todo (ya se sabe, el sueño de la razón produce monstruos…)

El verdadero comienzo del Tiempo Contemporáneo lo marca, creo yo, la Primera Guerra Mundial, de la que ahora se habla mucho, quizá por su alcance en términos del cambio de paradigma que ahora se echa de menos (aparecen hasta fotos en color de aquella época).

No hay ningún acontecimiento en la Historia que pueda ser comparable. Ese conflicto se lleva por delante cuatro Imperios antiquísimos (el Austrohúngaro (que es heredero remoto del Romano), el Ruso (que en cierto modo es heredero de Bizancio), el Alemán y el Turco. Esa guerra deja tocado para siempre otro Imperio más (el inglés) que hasta hacía unos años lo dominaba todo y sienta los cimientos del más moderno (el Norteamericano). La Gran Guerra también es el fin improrrogable de tres dinastías que habían sustentado el poder a través de incontables avatares de la Historia: los Romanov, los Hohenzollern, los Habsburgo.

No hay nada comparable a todo ésto, que ocurrió en apenas cuatro años. El cambio de paradigma se produjo en las trincheras de Sedán. Ahora todo el mundo espera otro igual. Esperemos que no sea sangriento esta vez.