Así que estamos saliendo de la crisis, según cacarea el gobierno y sus palmeros mediáticos.
Vale. Pero ¿saliendo hacia dónde?
Pues a un sistema que conducirá inexorablemente a nuevas crisis. Y con una diferencia. Ahora, cuatro años después, en este momento auroral, según nos dicen, tenemos 5 millones de parados registrados y otros 5 millones de trabajadores con sueldos inferiores a 700 euros.
Por no mencionar una generación entera de jóvenes que ya saben que será imposible conseguir un empleo que no sea basura e independizarse. O unos pensionistas que han visto reducido dramáticamente su poder adquisitivo hasta meros niveles de subsistencia.
Salimos de la crisis. Puede ser. Pero lo que es seguro es que salimos a un escenario social donde casi un tercio de los adultos en edad de trabajar ya saben que no encontrarán un empleo o que si lo encuentran será en condiciones serviles y precarias.
A un país más desigual que nunca que despoja a los viejos de sus medios de vida, a los jóvenes de la esperanza y a todos de la justicia. A mí me parece que esto no es salir de la crisis.