Joludi Blog

Sep 26
La Pelliza.
En la Colegiata de San Isidoro en León existe un relicario de plata románico en el que pueden verse algunas escenas del Génesis. En una de ellas, vemos a Adán y Eva en el pasaje bíblico en el que Dios les obliga a cubrir su desnudez, tras...

La Pelliza.

En la Colegiata de San Isidoro en León existe un relicario de plata románico en el que pueden verse algunas escenas del Génesis. En una de ellas, vemos a Adán y Eva en el pasaje bíblico en el que Dios les obliga a cubrir su desnudez, tras haber probado la fruta del árbol prohibido. Si nos fijamos bien, vemos que Adán, el pobre, ya está con su pelliza puesta, hecho polvo, disciplinado y melancólico. Pero el artista tuvo la ocurrencia genial de presentar a Eva resistiéndose como gato panza arriba frente al intento divino de plantificarle la horrenda zamarra (la tunica pellicea latina, el kitonei dermatinoi griego, el kuttoneth hebreo). La resistencia es tan denodada, que Eva agarra incluso un pliegue del vestido de Dios. No hay manera. Es una escena fantástica. Y simboliza, quizá sin que lo supiese el creador del relicario, la denodada resistencia femenina por negarse a esa muerte simbolizada por la fea piel animal que la convierte en cavernícola. La ruidosa pelliza, como explicó por ejemplo San Anastasio Niceno, es el recuerdo constante de la inexorable muerte, que Adán, se ve forzado a tener presente de forma permanente, tal como Dios desea. Pero, ay, Eva, cuyo nombre significa precisamente “vida”, no está por la labor de llevar encima esa pieles de animales difuntos, ese feo recordatorio mortal. Ni hablar.