El problema de la piratería de la música solo tiene posible solución haciendo como Bjork, es decir, renunciando a editar discos y editando en cambio aplicaciones informáticas. En el caso de los libros digitales, la única solución que se me ocurre es que los autores empiecen a hacer “branded content”. Es decir, vas leyendo una novela y de repente te hablan de las virtudes del automóvil que usa el protagonista. O de su marca de gafas. O de lo que sea. Suena chusco, pero vamos a eso. Si no, al tiempo.