Quinta Feira
Hoy viernes viajaré a Lisboa y tendré ocasión de practicar mi incipiente portugués. Quinta Feira, llaman allí a este día de la semana, eso al menos me lo se. Y se que el portugués es el único lenguaje en el que se denominan los nombres de los días de la semana con palabras que no tienen ninguna referencia al mundo mitológico o astrológico: segunda feira, terça feira, quarta feira...Esta singularidad se la deben los lusitanos a San Martín de Braga, un húngaro de armas tomar que fundó un monasterio en el norte de Portugal, se autonombró obispo y promovió el importante Concilio de Braga del 563. Este hombre llevó a cabo una verdadera cruzada contra el paganismo de las gentes de la campiña portuguesa, y la tomó muy especialmente con los días de la semana, que le parecían fatalmente denominados. Su implacable programa corrector de las malas costumbres campesinas, está detallado en su “De Correctione Rusticorum” (algo así como “Sobre la forma de enderezar a los paisanos”). Allí nos dice que los campesinos portugueses “viven con tal ambigüedad hasta el punto de poner a cada día los mismos nombres de los demonios, y por eso denominan el día de Marte, y de Mercurio y de Júpiter, y de Venus, y de Saturno, los cuales no hicieron ningún día, que fueron hombres pésimos y malvados entre la gente de los griegos…Es bastante inicuo y vergonzoso que aquellos que son paganos y desconocen la fe cristiana, dando culto a los ídolos de los demonios, que veneren el día de Júpiter o de cualquier otro demonio y que se abstengan del trabajo, siendo así que los demonios ni han creado ni tienen ciertamente ningún día.”
En ningún otro lugar del mundo cristiano se dejó de llamar a los días de la semana como lo hacían los romanos. Pero en Portugal, eso lo consiguió el ínclito San Martín, el martillo de herejes venido de la remota Panonia.
