Me fascina y a la vez me perturba la imaginería de Tim Burton. Esos personajes delgadísimos, ultramundanos, nocturnales, de expresión melancólica y mirada enorme…Se diría que Federico pensó en ellos al pensar en aquel niño arcangélico de junco al que los gitanos le regalaron el traje:
“anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes”.
El propio Burton no es de ojos grandes, pero se pone gafas enormes para parecerlo. Buena idea.