PIco.
Pico della Mirandola tenía fama de ser el hombre más erudito y sabio de su tiempo. Pero no era un ermitaño ni un misántropo. Por lo visto era también un amante prodigioso. A lo largo de su vida tuvo amantes de todas las nacionalidades. Le duraban unos seis meses. Pero aprovechaba para aprender todo respecto a la lengua y la cultura propia de quien en cada momento ocupaba su corazón. Quizá ese fue el secreto de su enorme cultura. Así cualquiera. Una de sus amantes fue precisamente quien comenzó a llamarle Pico della Mirandola, que suena a algo así como culmen de lo admirable… El apodo tenía fundamento, pues aunque se llamaba Giovanni, era hijo de Francesco Pico, el Príncipe de Mirandola (Mirandola es una localidad italiana cerca de Ferrara y la palabra significa en italiano lo mismo que todas las Mirandas de nuestras tierras: torre o punto de observación, usualmente un pico o altozano). Eso sí, él, para observar, prefería tumbarse.
