Joludi Blog

Mayo 20
Padre.
No escribo nada estos días porque estoy leyendo una novela fascinante, Memorial del Engaño. No desvelaré su contenido ni su prodigiosa innovación formal, para evitar el efecto spoiler. Ni siquiera hablaré del autor, porque sería otra forma de...

Padre.

No escribo nada estos días porque estoy leyendo una novela fascinante, Memorial del Engaño. No desvelaré su contenido ni su prodigiosa innovación formal, para evitar el efecto spoiler. Ni siquiera hablaré del autor, porque sería otra forma de desvelar la trama. Diré tan solo que trata, en parte, del gigantesco engaño colectivo que ha representado la gran crisis financiera del 2008; la que desencadenó la caída de Lehman Brothers. Con ese telón de fondo, el autor, mexicano, ha creado un relato sorprendente que, al igual que muchos de los grandes relatos de la historia gira en torno a la búsqueda (real o interior) del padre desaparecido o/y desconocido. Es  una línea argumental fascinante que nace con Edipo Rey. Luego prosigue con el artúrico Percival de Chrétien de Troyes, que también se pone en marcha tan pronto su madre le evoca a su padre muerto. Llegamos así al turbador Pedro Páramo, otra obra maestra cuyo eje es la búsqueda del padre. O a la Guerra de las Galaxias, por citarlo todo. Hasta en la morfología universal del cuento popular se ha visto el alejamiento del familiar como el imprescindible punto de partida de toda historia (Propp). Hay tanta literatura en torno este tema, que uno llega a pensar que se narra tan solo para llenar el vacío de la figura paterna. Lo que es otra forma de referirse a la búsqueda de la verdadera identidad propia. En alguna medida debe ser así.


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