Desahucio.
Nos llegan noticias de que en China, concretamente en Dongguan, ya existe una fábrica gestionada enteramente por robots…
Es solo un dato más. Los coches sin conductor ya empiezan a ser una realidad. Las guerras se llevan a cabo con armas letales autónomas que no cometen crímenes de guerra, sino que tan solo producen efectos colaterales. El sexo (y acaso el amor) se convierten en una mera fórmula química, con la viagra ya como medicamento más vendido del planeta, y con su correlato femenino a punto de llegar a las farmacias. Y ahora, además, las fábricas funcionan solas.
Quizá es la Humanidad entera la que está siendo víctima de una especie de silencioso desahucio. Quizá alguien nos está desahuciando de nosotros mismos. Alguien nos está convirtiendo en una cosa anticuada, obsoleta. Pensábamos que la tecnología nos iba a liberar, pero en realidad se está limitando a jubilarnos.
Ya no somos, ni de lejos, la medida de todas las cosas, sino algo más bien residual y redundante. Será verdad entonces que estamos entrando en la era del posthumanismo, del humano innecesario.
Pero la cuestión es quién diablos está dirigiendo todo este cambio.
O más bien a quien beneficia. Eso es siempre lo que importa saber.
