Joludi Blog

Jun 26
La Nada nadea.
He tenido la paciencia de intentar (que no conseguir) leer la tesis doctoral de ese ideólogo del partido emergente de cuyo tweet se ha hablado tanto, y tan jocosamente, estos días. Mientras escribo, creo que está interviniendo en un...

La Nada nadea.

He tenido la paciencia de intentar (que no conseguir) leer la tesis doctoral de ese ideólogo del partido emergente de cuyo tweet se ha hablado tanto, y tan jocosamente, estos días. Mientras escribo, creo que está interviniendo en un programa de la tv.

La tesis del ideólogo es un tocho de más de 500 páginas sobre las estrategias para conseguir la hegemonía política, que resultan, casi en su totalidad, virtualmente incomprensibles, no tanto por la profundidad de las ideas, cuestión en la que no me es posible entrar, sino simplemente porque la sintaxis es espantosa y el estilo da pena.

Escojo al azar un párrafo cualquiera. No es precisamente de los más oscuros. Y con tres o cuatro lecturas sucesivas se alcanza a tener una cierta idea de lo que quiere decir el autor. Pero es un buen ejemplo, con solecismos, erratas y faltas de ortografía, de lo que en algunos casos se está haciendo en nuestra universidad para adquirir el grado de doctor:

“En una fase inicial se formula el “redescubrimiento” de una identidad filtrada y negociada, que sin embargo es presentada como pura y permanente. Con esta operación se pasa del “grupo particular” al “pueblo” o la nación asentada en la historia, con pasador (sic) redescubierto a sus espaldas y un futuro prometedor en frente (sic). Los elementos centrales del marco de pronóstico en el discurso indigenista suelen ser la lengua y el territorio, pues ambos ayudan a sostener un “esencialismo estratégico” que compensa y contrasta con el uso exitoso de la adaptación y negociación-hibridación flexible de la identidad indígena”

Caramba. “Elementos centrales del marco de pronóstico…esencialismo estratégico…negociación-hibridación…” Qué cosas.

Me gustaría saber qué pensaría Mario Bunge de este tipo de textos. El sabio profesor de Filosofía de la McGill, en una entrevista memorable que le hizo Vidal-Folch en Barcelona, año 2008, se burlaba del estilo críptico pero vacío de autores como Heidegger, por ejemplo. Bunge mencionaba frases inolvidables del metafísico alemán: “el ser es ello mismo”, o “el tiempo es la maduración de la temporalidad”…Podría haber citado Bunge otras muchas perlas de Heidegger:  “la condición óntica del ser humano es ontológica”, o “solo llegaremos a la cosa en sí si antes nuestro pensamiento ha llegado a la cosa como cosa” o, una de mis favoritas: “la nada nadea” (das Nichts nichtet).

Vidal-Folch le preguntó a Bunge si pensaba que Heidegger era esquizofrénico. Bunge dudo un poco. Y respondió finalmente que no, que solo era un pillo. Un pillo que se aprovechó de esa tradición enfermiza según la cual lo incomprensible es profundo.

Ante la tesis del ideólogo emergente y tweeteador compulsivo, Bunge tal vez pensaría lo mismo. No le parecería obra de un esquizofrénico, ni siquiera el oscuro discurso de un maquiavélico de salón. Tan solo la cháchara vacía de un simpático pillo. Y un ejemplo de que al menos una de esas frases de Heidegger si tiene indudable sentido. En efecto, la Nada, nadea. Y de qué manera.


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