Joludi Blog

Mar 12
El Agujero Inacable.
Ha desaparecido de mi biblioteca la edición de Alicia comentada por Gardner. Esto me produce desazón. Afortunadamente un buen amigo que viene a almorzar, me va a traer hoy un nuevo ejemplar.
La edición de Gardner, con sus...

El Agujero Inacable.

Ha desaparecido de mi biblioteca la edición de Alicia comentada por Gardner. Esto me produce desazón. Afortunadamente un buen amigo que viene a almorzar, me va a traer hoy un nuevo ejemplar.
La edición de Gardner, con sus fascinantes notas, tiene la virtud de ayudar a comprender mejor la genialidad anticipatoria de Carroll.
Un ejemplo clarísimo es el episodio en el que Alicia, mientras desciende en caída libre por el agujero que la lleva hasta el fondo de la Tierra, coge tranquilamente un tarro de mermelada. ¿Cómo es posible? Una interpretación es que Carroll estaba evocando el enigma del “agujero inacabable”, sobre el que ya habían reflexionado muchos pensadores, desde Plutarco a Galileo.  Este último ya había dado la respuesta al misterio. Explicó que si te caes hasta el centro de la Tierra, aumentas tu velocidad hasta llegar a ese punto central, en el que la aceleración es nula pero la velocidad máxima (30.000 kms/h). Pero si sigues avanzando, tu velocidad va disminuyendo hasta hacerse nula al llegar a las antípodas. Esta disminución de velocidad haría posible que Alicia cogiese tranquilamente, al final de su “descenso” el tarro de mermelada. Incidentalmente, ese “descenso” a través de la Tierra, entrando por un punto y saliendo por otro, tendrá siempre la misma duración (43 minutos). Y esa duración será constante sean cuales sean los puntos de entrada y salida. Incluso aunque no se pase por el centro del globo. Paradójico, pero cierto.
Otra interpretación, que a mí me gusta más, es que Carroll anticipó el brillante experimento mental de Einstein sobre el ascensor cósmico. Los que viajan en ese ascensor sin ventanas que baja desde el espacio hasta el centro de la Tierra, no tienen forma de percibir el efecto gravitacional al que están sometidos. Tienen por lo tanto “todo el derecho”, en palabras del mismo Einstein, para pensar que están en la quietud. Solo un observador exterior pensaría lo contrario. Y también tendría derecho a hacerlo. Tal vez esta diferencia de realidades físicas en función de los diferentes marcos de referencia (diferentes observadores), es lo que intuyó Carroll haciendo que Alicia tomase en su caída el tarro de mermelada. Si fuese así, su genialidad sería aún más indudable.


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