Joludi Blog

Jun 12
Fortuna.
Trump presume impúdicamente de su fortuna. “Yo soy verdaderamente rico”, suele decir, con una sonrisa cómplice y dirigiendo los pulgares hacia sí mismo, en los mítines. Y tiene razón. Es muy rico. Pero conviene saber cómo ha conseguido su...

Fortuna.

Trump presume impúdicamente de su fortuna. “Yo soy verdaderamente rico”, suele decir, con una sonrisa cómplice y dirigiendo los pulgares hacia sí mismo, en los mítines. Y tiene razón. Es muy rico. Pero conviene saber cómo ha conseguido su fortuna.
Normalmente se estima que su patrimonio neto es de 1500 millones de dólares. Trump dice que es mucho más, pero parece que en eso también miente.
Una buena parte de ese dinero lo ganó con sus operaciones en Atlantic City. Lo ha dicho él mismo: “Atlantic City fueled a lot of growth for me. The money I took out of there was incredible”.
¿Y qué hizo Trump en Atlantic City para ganar tanto dinero?
En esencia, estafó. Y lo hizo en cinco pasos.
Paso 1. Consiguió ingentes préstamos de los bancos, a intereses astronómicos. Tenía importantes propiedades para garantizar esos préstamos. Recordemos que su padre era un poderoso promotor inmobiliario y le dejó una importante fortuna como herencia.
Paso 2. Con esos préstamos, Trump creó faraónicos hoteles y casinos en Atlantic City. Hoteles y casinos que él sabía que nunca podrían ser rentables, dados los enormes tipos de interés del pasivo.
Paso 3. Convenció a muchos pequeños inversores a participar en las sociedades de sus hoteles y casinos en Atlantic City, sin avisarles de que estaban condenados a la ruina.
Paso 4. Fijó para sí mismo unos honorarios galácticos en relación con todas sus operaciones en Atlantic City. Los diferentes consejos de administración aprobaron pastueños el saqueo. Salarios, dietas, bonos, complementos, compensaciones, primas…millones y millones de euros pasaron directamente de los pequeños inversores a los bolsillos del potentado.
Paso 5. Se apresuró en llevar a la quiebra o malvender con pérdidas los diferentes hoteles y casinos de Atlantic City. Pero solo después de embolsarse todos los emolumentos que había fijado para él mismo.
El perjuicio para los inversores (que no para Trump) de todas aquellas quiebras de las operaciones Trump en Atlantic City, se evalúa en 1500 millones de dólares. Lo ha determinado una investigación del New York Times. Es pura coincidencia, pero la cifra coincide curiosamente con la estimación de patrimonio neto del rubicundo tycoon.
Hace nueve años, mas o menos por estas fechas, yo paseaba por las pedregosas y solitarias playas de una ya decadente Atlantic City. Sentía una tristeza profundísima que nunca he sabido explicarme del todo. Me pareció el lugar más sórdido de todos aquellos que he visitado en mi vida. En estos instantes, lejos de allí, en la felicidad de una mañana primaveral en el Guadarrama, evoco un tanto aquella tristeza al leer las noticias sobre el creciente apoyo que recibe este miserable entre el norteamericano medio.
Es la melancolía que produce comprobar la ingenuidad de quienes siguen sin comprender que es totalmente imposible amasar, de forma honrada, una fortuna de 1500 millones de dólares. Y que los negocios, a ese nivel, incluso a un nivel mucho menor, son, como el casino, un juego de suma cero. Para que uno gane algo o mucho, otros tienen que perder algo. O mucho. 1500 millones de dólares, por ejemplo.


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