Joludi Blog

Jul 22
Dialeteismo.
Imaginemos este experimento mental. Nos sitúan ante dos cajas. Una de cartón que puede contener o no un millón de euros. Otra de cristal, que contiene, a la vista, cien mil euros.
Podemos elegir las dos cajas o sólo la de cartón. Y...

Dialeteismo.

Imaginemos este experimento mental. Nos sitúan ante dos cajas. Una de cartón que puede contener o no un millón de euros. Otra de cristal, que contiene, a la vista, cien mil euros.
Podemos elegir las dos cajas o sólo la de cartón. Y debemos decidir.
Ante una situación así, lo obvio es elegir las dos cajas. Siempre podrá haber un millón de euros, con suerte, en la de cartón. Y ganaremos más. Un juego absolutamente idiota, por lo tanto.
Pero hay una complicación.
Resulta que nos dicen que el juego lo ha organizado un fabuloso neurocientífico, que está analizando nuestro cerebro antes de la prueba. A este tipo le llaman Mister Casi Seguro y esto es porque, gracias a sus cachivaches de análisis visual del cerebro, no se equivoca prácticamente nunca. Nosotros sabemos además que si el tipejo éste ha predicho que vamos a llevarnos las dos cajas, entonces habrá dejado vacía la de cartón, para fastidiarnos. Y también sabemos que si el neurocientífico ha predicho que vamos a llevarnos solo la de cartón, entonces ha puesto en ella el maravilloso millón de euros.
Sabiendo todo ésto la decisión se nos hace mucho más complicada. Muuuucho más complicada.
Por ejemplo, si elegimos las dos cajas, es “casi seguro” que no habrá nada en la caja de cartón. Lógico. Mister Casi Seguro lo habrá previsto y habrá querido dejarnos chafados. Este razonamiento parece irrefutable. Por lo tanto, resulta obvio que debemos elegir la caja de cartón, y entonces, “casi seguro” que nos llevaremos el millón de euros.
Ya está, entonces, problema resuelto.
Pero, ¡un momento!. Nada es tan sencillo. Sea lo que sea lo haya predicho Mister Casi Seguro, parece que será mejor llevarse las dos cajas que llevarse una sólo. Hasta un niño entiende ésto. Lo que haya en esas cajas es lo que hay en esas cajas. Un análisis del pasado no puede cambiar una realidad presente. Así que lo mejor es que, después de todo, nos llevemos las dos cajas.
Pero esto es justo el primer paso de nuestro razonamiento, ante el que empezamos a razonar pensando que era mejor llevarnos solo la caja de cartón.
A esta divertida paradoja se la conoce con el nombre de su inventor, William Newcomb. Curiosamente, tiene ciertas aplicaciones en el campo de la macroeconomía y sus previsiones.
No es fácil resolver paradojas de este tipo (que se parecen al famosísimo Dilema del Prisionero o al no menos divertido Puzzle de Kavka). Tal vez por ello, cada vez hay más pensadores que se apuntan a la pintoresca escuela del “dialeteismo” (de “dialeteia”, doble verdad), es decir, no molestarse mucho en clarificar las contradicciones, y aceptar sin más que puede haber cosas ciertas y no ciertas a la vez. Esto parece una rendición intelectual con armas y bagajes, pero, sorprendentemente, se está abriendo camino en el pensamiento actual. Y le auguro mucho futuro, porque a medida que el hombre va conociendo mejor cómo es el mundo, se diría que van creciendo las paradojas muy difíciles de resolver. En física, en cosmología, en neurociencia… En cierto modo, el conocimiento nos va llevando inexorablemente al dialeteismo. Y esto, bien mirado, también es una divertida paradoja. Qué le vamos a hacer.