Joludi Blog

Oct 13
Me muero por un bombón.
Recuerdo perfectamente que en una ocasión el chocolate me causó un pequeño pero inesperado disgusto con una persona querida. Yo comentaba con ella- inocentemente y por teléfono- lo mucho que me habían gustado unos maravillosos...

Me muero por un bombón.

Recuerdo perfectamente que en una ocasión el chocolate me causó un pequeño pero inesperado disgusto con una persona querida. Yo comentaba con ella- inocentemente y por teléfono- lo mucho que me habían gustado unos maravillosos bombones suizos que me acababan de regalar, nada menos que una preciosa caja de la legendaria Confiserie Sprüngli de Zurich, en Parade Platz.

Pero a la persona que estaba al otro lado de la línea no le pareció un tema interesante de conversación. Ni mucho menos. Y me reprochó amargamente por hablarle del chocolate “sabiendo yo el grave problema que ella tenía” con este dulce producto.

Me quedé pensando en lo sucedido. Me dejó perplejo que una persona adulta, totalmente normal, con una razonable fuerza de voluntad, fuese tan vulnerable en relación con algo tan aparentemente intrascendente como el chocolate.

Lo atribuí a la serotonina. Porque es bien sabido que el chocolate eleva inmediatamente los niveles de esta sustancia en el organismo y de ahí precisamente sus interesantes y bien conocidas propiedades estimulantes. De todos modos, me seguía pareciendo un comportamiento extraño. Con o sin serotonina.

Pero hoy creo que he descubierto la clave del asunto. Resulta que un grupo de científicos parecen haber probado que la pasión por el chocolate está relacionada con la predominancia de un cierto tipo de bacterias en el estómago. Así que cuando alguien dice que “el cuerpo me pide chocolate”, está diciendo la verdad en un sentido muy específico.

Es un tema fascinante sobre el que se harán eco seguro un montón de medios en los próximos días. Porque el chocolate es algo que da mucho juego a los periodistas.

A mí me parece que, en efecto, el estudio explica muchas cosas. Y parece que no solo se trata del chocolate. Porque según los investigadores, la ansiedad por otro tipo de alimentos, también puede tener relación con la composición específica de la flora bacteriana en el estómago.

Por cierto, me está entrando un deseo irresistible de comerme un bombón en este momento. Creo que tendré que iniciar negociaciones con mis bacterias.


  1. joludi ha publicado esto