Joludi Blog

Ago 14
Cine español.
Al evocar al nunca suficientemente añorado Buñuel, en el post anterior, me ha surgido la pregunta obvia ¿Por qué hay tanta gente que no aprecia el cine español? ¿Por qué se da preferencia a cualquiera de esas producciones pueriles de...

Cine español.

Al evocar al nunca suficientemente añorado Buñuel, en el post anterior, me ha surgido la pregunta obvia ¿Por qué hay tanta gente que no aprecia el cine español? ¿Por qué se da preferencia a cualquiera de esas producciones pueriles de Hollywood, tan llenas usualmente de fuego y furia, y tan vacías de sustancia?
Yo creo que no es que guste poco el cine español. Yo creo que lo que ocurre es que gusta demasiado el cine anglosajón.
Pero, he aquí el punto crucial, eso no es por la calidad de las producciones ni por los elevadísimos presupuestos que se gastan los yankees.
Es simplemente por los valores.
Desde hace casi un siglo, lo norteamericano vende. Lo norteamericano es el ideal supremo para el ciudadano medio occidental. Y el cine USA proyecta mejor que ninguna otra cosa esos valores hegemónicos. Esa es una de sus principales funciones, precisamente. Para eso está.
Daré una sola prueba para justificar esto que digo.
En tiempos del cine mudo, hacer versiones de las películas para los mercados europeos era algo trivial. Bastaba cambiar los cartones con los textos. Pero cuando apareció el cine sonoro, surgió un serio problema, lógicamente.
Y a nadie en Hollywood se le ocurrió entonces recurrir al expediente del doblaje…¡poner otras voces a la estrellas de la pantalla! ¡qué absurdo! …
En lugar de ello, las grandes productoras de USA hacían versiones “localizadas” de cada película, con actores y guionistas reclutados en Alemania, Francia, España… (Tono, Lopez Rubio o el propio Buñuel trabajaron en Hollywood por esta razón).
Esto fue así durante una década y media. Entre 1930 y 1944 aproximadamente.
Y entonces…¿por qué se pasó al doblaje? Muy sencillo, se empezó a doblar porque los anglosajones estaban venciendo en la II Guerra Mundial.
A partir de ese momento, se vio muy claro que al espectador medio de Europa le gustaban los temas norteamericanos, los ambientes norteamericanos, los actores norteamericanos, las estupideces norteamericanas…
Y así murieron para siempre las “versiones” localizadas de las películas. La mercancía visual de Hollywood ya se podía distribuir en todo el mundo. Tal cual.


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