La carrera de la rata.
Fantástico estudio el que han realizado con ratas de laboratorio investigadores de la Universidad de Minho, en Portugal. Sus experimentos describen cómo en el cerebro de las ratas estresadas crónicamente se producen verdaderos cambios físicos justo en las zonas cerebrales relacionadas con la toma de decisiones y conducta orientada a objetivos.
Lo que parece demostrar el estudio es que el estrés crónico predispone cognitivamente a las ratas para hacer lo mismo una y otra vez; para correr indefinidamente en el mismo circuito sin fin, sin posibilidad de decidirse a buscar otras posibilidades. ¿Nos suena?
Nuno Sousa y sus colegas han presentado estos días los resultados de este notable experimento. Podría servir para entender algo mejor por qué los seres humanos, especialmente los seres humanos estresados, somos tan propensos a los círculos viciosos; por qué cuando caemos nos las arreglamos para hundirnos un poquito más, en lugar de buscar convenientes apoyos para salir; por qué cuando realizamos una conducta errónea somos tan perezosos a la hora buscar nuevas opciones, y en lugar de ello nos las arreglamos para insistir en el camino equivocado una y otra vez.
Una y otra vez. Hasta cinco veces más, que es, según parece, nuestra media de repetición de comportamientos erróneos (Sapolsky).
Mostramos una persistencia en el error que recuerda mucho el comportamiento de las ratitas estresadas del profesor Sousa, en su agotadora carrera hacia ninguna parte. Debe ser algo relacionado con nuestra naturaleza de mamíferos…
