Das eine Mal als Tragödie, das andere Mal als Farce
Se cumplen ahora los 50 años del Mayo del 68. Y para celebrarlo, la Historia, esa gran bromista, provoca nuevos altercados multitudinarios en las ciudades francesas. Pero ahora, los tumultos no tienen como causa la búsqueda de la playa bajo los adoquines. Ahora, los enfrentamientos se producen en los hipermercados, entre consumidores que pelean por conseguir la Nutella al precio de derribo que Ferrero ha tenido la ocurrencia de fijar (70% de descuento sobre el precio habitual). Si en aquella primavera la utopía levantaba barricadas en las calles, en este invierno la batalla se libra en torno a las cabeceras de góndola de Carrefour .
En su momento se quisieron ver aquellos disturbios del 68 como un eco, si bien difuso y confuso, del análisis marxista respecto a las contradicciones de la sociedad capitalista.
Pero ahora, esta rebelión de la Nocilla le da a Marx toda la razón. Sin paliativos. Al menos en la coda que el viejo barbudo, en El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, añadió a la tesis hegeliana sobre la querencia de la Historia, siempre repitiéndose a sí misma. Ya se sabe lo que dijo Marx al respecto: Sí, se repite, en efecto. “Primero como tragedia, luego como farsa.”
