Joludi Blog

Mar 1
Desde donde nace el sol.
A Mercedes le extraña mucho ese nombre tan formidable e inusual que se ha puesto a ese temporal de viento y hielo que hoy parece que ya se despide tras arrasar el continente europeo: la Bestia del Este.
Mercedes dice que ha...

Desde donde nace el sol.

A Mercedes le extraña mucho ese nombre tan formidable e inusual que se ha puesto a ese temporal de viento y hielo que hoy parece que ya se despide tras arrasar el continente europeo: la Bestia del Este.
Mercedes dice que ha buscado en internet, sin éxito. En la web solo encuentra referencias a esta descomunal tormenta…
Esto es lógico, le digo. Internet no siempre es el mejor lugar para encontrar respuestas. Existe en la Red una hegemonía tiránica de la actualidad, de la noticia, de lo comercial, de lo que está buscando la mayoría…Los datos que necesitamos a veces están enterrados debajo de un océano de banalidades. Si acaso.
En realidad, le digo a Mercedes, basta olvidarse de internet y acudir a las fuentes básicas de la cultura occidental. Porque el nombre de la Bestia del Este es un tópico, un lugar común de nuestra cultura que tiene su origen remoto, como tantas otras cosas, en los textos bíblicos.
Si hacemos un poco de memoria, recordaremos que en el Libro del Apocalípsis, se menciona , en forma de delirio profético, una espantosa criatura de múltiples cabezas y cuernos, a la que el autor llama “La Bestia”.
Esa criatura apocalíptica tiene a su servicio a un puñado de malvados caudillos militares (”reyes”) que maniobrarán con sus hordas “desde donde nace el sol” (apo anatoles heliou), a fin de entablar contra las fuerzas del Bien el enfrentamiento final conocido como Batalla de Armageddon.
En realidad, esta referencia apocalíptica a “La Bestia” que viene del Este, es simplemente un eco más o menos confuso de otras muchas menciones a “bestias” horrorosas y crueles que podemos encontrar en la Biblia, y que suelen representar, metafóricamente a grandes potencias militares enemigas de Israel. El caso más claro está en el Libro de Daniel, donde se relata, mencionando a cuatro terribles “bestias”, la interpretación geopolítica que realiza ese profeta respecto al sueño de Nabucodonosor. Una interpretación en la que, cómo no, se habla de una marea de destrucción que viene del este… 
Las “bestias” bíblicas siempre se sitúan, en efecto, en un contexto de tensiones militares Este/Oeste. Quizá esto se deba tan solo a la posición central de Israel entre las grandes civilizaciones del Oriente Medio. Para los autores bíblicos, como he dicho, las “bestias” son siempre el trasunto de las grandes potencias conquistadoras que en algún momento de la Historia y desde los cuatro puntos cardinales han amenazado, vencido, diezmado o capturado a los israelitas.
En el caso de la “Bestia” mencionada en Apocalipsis, acaso la bestia bíblica por antonomasia, la tensión Este/Oeste a la que allí se alude tiene que ver sin duda con las tensiones geográficas que ya empezaban a manifestarse en el Imperio Romano en los tiempos en lo que escribió sus fantasías psicodélicas el autor de la “Revelación”. El carácter imperial de esa “bestia” apocalíptica se hace muy evidente por la mención de los diversos reyes o caudillos que llegan desde el Este bajo el imperio de la “Bestia”.
Así que ahí, en el Nuevo Testamento ya tenemos una primera aparición estelar de la Bestia, con todo su poder y capacidad de amedrentar. De la Bestia del Este, para ser exactos.
Pero esta bestia oriental no se va a quedar en las páginas del Apocalipsis. Porque sucede que a lo largo de los dieciseis últimos siglos, la cultura occidental (vale decir cristiana), siempre ha sentido que las peores amenazas a su propia existencia venían del Este, ya se trate de las hordas de los hunos, de los tártaros, de los mongoles, de los árabes, de los otomanos, de los comunistas rusos o de los terrotistas de la yihad. En cada una de esas amenazas que iban apareciendo, una tras otra, por el horizonte oriental del mundo cristiano, se ha querido ver una manifestación de la Bestia del Este a la que se refieren las profecías apocalípticas.
De ese modo es como la “Bestia del Este” ha adquirido naturaleza de verdadero tópico cultural universal. Y, sobre todo en el mundo anglosajón, se echa a menudo mano de esta expresión para los fines más diversos, desde llamar así a un campeón de boxeo como Nikola Valeyev a darle este nombre a un cierto videojuego lleno de sangre y violencia bélica. No es por tanto extraño que se utilice la dichosa expresión para referirse a un temporal que parece amenazar a la totalidad de Europa y que arranca desde las profundidades de Siberia. Resulta algo muy apropiado en este nuevo contexto que estamos viviendo en el que parece que arrecian los temores clásicos del mundo occidental respecto a las amenazas orientales. Es sorprendente la obstinación de la Historia por recorrer una y otra vez los mismos senderos ya trillados. Se parece ciertamente al clima y a las estaciones, que van repitiendo sus ciclos año tras año, con las oportunas variaciones mas o menos significativas…Es todo un déja vu. Qué pereza.


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