Préstamo de Esposa.
Se crea o no, entre las instituciones del Derecho Romano primitivo se encontraba el “préstamo de esposa”. Consta que Catón el Viejo la utilizó. Su amigo Hortensio le pidió primeramente la mano de su hija. Catón se la negó. Entonces Hortensio, directamente, por la cara, como quien dice, le pidió la mano de su mujer, la integérrima Marcia. Catón le respondió que debía consultarlo previamente. ¿Con quién? ¿Con Marcia? ¡No! Catón se sentía moralmente obligado a consultarlo con su suegro, el padre de Marcia. Y éste dio su venia.
Así que durante un tiempo, Marcia fue esposa prestada, legítimamente, por Catón a Hortensio. Cuando Hortensio murió, porque ya tenía una edad, creo que es Virgilio quien cuenta que, con el difunto aún en velatorio, y la ceniza aún en sus cabellos, Marcia se presentó en la casa de Catón para suplicarle que recuperase su préstamo; que ella solo aspiraba a que en su epitafio se escribiese “esposa de Catón”. Enternecedor.
Lo curioso es que Dante presenta a Catón y Marcia, como la pareja modelo de la Historia. En uno de sus endecasílabos dice que era una amor tan inmenso que Catón accedía a todo cuanto Marcia pedía (che quante grazie volse da me, fei).
Yo no lo acabo de ver del todo claro tanto amor sin tacha. Y más si tenemos en cuenta que, al recuperar su préstamo, y volver a esposar a Marcia, el probo Catón resulta que se convirtió, mira por dónde, en heredero del riquísimo Hortensio…Fue un préstamo con muy buenos intereses…¿o no?