Riego.
Pregúntale, querido lector, a cualquier estudiante de enseñanza media en España quien fue Rafael de Riego. Dudo que lo sepan (tal vez les suene algo del muy olvidado, injustamente olvidado, en estos días de canciones patrias, “Himno de Riego”). Y sin embargo, Rafael de Riego fue todo un martir de la libertad y la lucha contra el absolutismo, con resonancia universal. Un héroe español que murió defendiendo gallardamente su ideal de libertad y república, a manos del rey felón, esto es, de Fernando VII, acaso el más canalla e infame de los monarcas europeos en los mil últimos años. Y mira que ha tenido rivales en esa nefanda competición…
En Europa, precisamente, se suele considerar a Riego como el héroe popular hispano por excelencia, a la altura de Robin Hood en Inglaterra, John Catty en Gales, Guillermo Tell en Suiza, Masaniello en Italia o Rob Roy aquí, en Escocia.
Por ejemplo, Rafael de Riego tiene una calle en su honor en Edimburgo. Es una estupenda calle ciertamente, en el genuino centro histórico de la capital de Escocia. Para ostentar tal honor también cuenta sin duda el hecho de que Riego fue un destacado masón, con muchas vinculaciones con la sociedad escocesa, por lo tanto. Su esposa vivió en Londres mientras él organizaba la rebelión contra el borbón trapacero y bellaco. Y ella murío aquí, en el Reino Unido, poco después de tener noticias de la miserable forma en la que fue brutalmente ejecutado su esposo, mediante ahorcamiento y descuartizamiento en una sucia plazuela de Madrid. Fue un tristísimo e inmerecido final para un héroe de la libertad al que además se deben brillantes páginas de esa guerra que nosotros llamamos de la Independencia y los británicos llaman Peninsular War.
La calle Riego de Edimburgo tomó ese nombre incluso antes de la muerte de Riego, lo que es muy llamativo. Parece ser que uno de los hombres principales de la ciudad, el Mayor James Weir, veterano de la guerra contra Napoleón en España, quiso rendir homenaje a Rafael, su antiguo compañero de armas.
En nuestro país hay pocos recuerdos urbanos de Riego. Creo que hay una estatua en Tineo, su patria chica, o una placa en Oviedo. O al revés. Y una calle no muy significada de Madrid también lleva su nombre. Yo ni siquiera se muy bien por dónde cae.
