Joludi Blog

Mar 31
Resurrección.
Con ocasión de una nueva Semana Santa, Marta me pregunta si yo creo en la historicidad de Jesucristo y en su muerte y resurrección, cuya apoteósis anual (nunca mejor dicho) se celebra estos días.
En su historicidad y en su muerte, desde...

Resurrección.

Con ocasión de una nueva Semana Santa, Marta me pregunta si yo creo en la historicidad de Jesucristo y en su muerte y resurrección, cuya apoteósis anual (nunca mejor dicho) se celebra estos días.
En su historicidad y en su muerte, desde luego, por más que yo sea agnóstico o acaso ateo perplejo. Hay demasiadas fuentes que hablan de la existencia de ese personaje que sin duda ha sido más influyente en la historia universal que ningún otro. Es un disparate pensar que Jesus de Nazaret sea un personaje mítico, al estilo de los super héroes de Marvel.
En su resurrección, evidentemente, no. Por las mismas, nadie puede negar una evidencia abrumadora sobre la incapacidad de que los seres humanos retornen desde la muerte a la vida.
Pero este escepticismo mío es comprensible. Si uno lee los evangelios canónicos (que conviene leerlos con calma) también descubre que quienes menos motivos tenían para ser escépticos respecto a la resurrección de Jesús, lo eran. A fortiori, yo debo serlo.
Los apóstoles debían estar más que seguros de la resurrección de su líder. Le habían oído decir varias veces que resucitaría al tercer día. Y tenían buenos motivos para creerle…¿acaso no le habían visto realizar esos incontables milagros que desafiaban las leyes físicas?
Sin embargo, cuando Jesús es ejecutado, ellos entran en pánico. Y cuando reciben noticias de que su cadaver no se encuentra en el sepulcro, siguen creyendo que esa resurrección es totalmente imposible.
¿Como puede entenderse esta actitud?
Pues seguramente porque el propio Jesus de Nazaret, en realidad, jamás osó declarar nada respecto a su imposible resurrección de los muertos. Los pasajes evangélicos en los que afirma tal cosa son, seguramente, añadidos posteriores a la narración original, y fueron insertados en el texto para justificar la resurrección, es decir, para apuntalar el pilar esencial del pensamiento cristiano, sin el cual, nula sería la fe, como dice San Pablo.
La sorprendente actitud de los apóstoles frente a la resurrección es tan solo una mas entre las muchas contradicciones que surgen cuando uno lee con cierto detenimiento esa fascinante narración que son los Evangelios.
Cosa que al parecer, no se hace mucho.
Pero es que ahora se hacen pocas cosas con detenimiento. Una lástima.


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