
Fassbinder y el queso de Aracena
Madrid tiene sus ventajas. Una de ellas son las tiendas especializadas.
El pásado sábado por ejemplo, estuve en Séptimo Arte, un videoclub de la calle Hortaleza. Es un videoclub realmente especial, que ofrece sobre todo cine de calidad, de todas las épocas. Es uno de los poquísimos sitios donde puedes alquilar DVD’s de Resnais, de Cocteau, de Fassbinder, de Truffaut o de Fellini por poner sólo unos ejemplos. Una gozada, por tanto. Y un interesante ejemplo de cómo la imaginación empresarial puede hacer frente a las dificultades, puesto que este videoclub florece en el contexto de una crisis brutal del sector tradicional del videoalquiler, como consecuencia de la piratería y los manteros. Pero es que los propietarios de Séptimo Arte han debido comprender, con picardía, que ni los emules ni los manteros ofrecen alternativas a los que buscamos La Aventura, de Antonioni o la Diosa de Satiajit Ray, o Hana-Bi de Takeshi Kitano.
Otra de mis tiendas favoritas, que también tiendo a visitar siempre que puedo, es Poncelet, la mejor tienda de quesos de España, en la calle Campoamor. Allí puedes encontrar una enorme variedad de quesos franceses, suizos, ingleses, italianos, portugueses, belgas, alemanes, holandeses…Yo diría que hay más de 150 quesos diferentes, todos cuidadosamente seleccionados y muy bien conservados en una atmósfera húmeda y ventilada. Un paraíso para los sentidos. Además, los empleados son muy entendidos, y es un deleite hablar con ellos sobre las diferentes novedades que traen, y que con amabilidad te dan a probar.
Este sábado, me ofrecieron un queso estupendo que yo no conocía. Se trataba del Monte Robledo de Aracena. Es un queso cremoso y de sabor intenso, hecho con leche cruda de cabra. Es muy escaso y realmente inconfundible. Para muchos es uno de los cuatro o cinco mejores de España (yo incluiría sin pensar el de Grazalema, que también es de la misma provincia de Huelva, por cierto). Dicen que este queso es el más apropiado para combinarlo con el jamón de bellota de Aracena, que según los locales es el mejor del mundo.
Yo no lo sé. Sólo se que con un buen queso y un par de estupendas películas de Angelopoulos en la bolsa, el fin de semana se presenta más que bien. Y camino calle Génova abajo, acordándome de un divertido poema que habla del jamón de Aracena y que recuerdo haber memorizado con mis hijas hace mucho tiempo, cuando jugábamos a aprendernos las poesías de un viejo libro que se llamaba “Las Mil Mejores Poesías de la Lengua Española”. Por supuesto que no es una gran poesía esta, pero te hace reir. Y eso está muy bien.
“Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón,
la bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
Esta Inés (amantes) es
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.
Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.
Fue de Inés la primer palma,
pero ya júzgase mal
entre todos ellos cuál
tiene más parte en mi alma.
En gusto, medida y peso
no le hallo distinción,
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.
Alega Inés su beldad,
el jamón que es de Aracena,
el queso y berenjena
la española antigüedad.
Y está tan fiel en el peso
que juzgado sin pasión
todo es uno, Inés, jamón,
y berenjenas con queso.
Baltasar Alcázar