Joludi Blog

Sep 14
Mecánica cuántica.
Forzoso es reconocer que el nuevo inquilino del palacio de La Moncloa no es una lumbrera intelectual. Más bien todo lo contrario. Y, sinceramente, da la impresión de que su controvertida tesis doctoral no ha debido aportar gran...

Mecánica cuántica.

Forzoso es reconocer que el nuevo inquilino del palacio de La Moncloa no es una lumbrera intelectual. Más bien todo lo contrario. Y, sinceramente, da la impresión de que su controvertida tesis doctoral no ha debido aportar gran cosa al acervo cultural universal.

Pero acusarle a este atribulado, y por tantas cosas criticable, neopresidente de plagiar en su tesis doctoral un libro que él mismo publicó en fecha posterior a la presentación de dicha tesis, parece exagerado…

Y llama la atención que los medios de comunicación hayan conseguido fabricar un escándalo en torno a algo que suena más a las paradojas de la física cuántica y a un confusionismo planificado que a verdadero periodismo de investigación.

A mí todo esto del plagio doctoral me evoca una de las fábulas de Esopo. Salvando las distancias. 

Nos habla en este caso Esopo de un lobo y un cordero que están bebiendo en el mismo río. 

El lobo está bebiendo río arriba con respecto a lugar donde lo hace el pequeño cordero.

Tras saciar su sed, el lobo se acerca al cordero y con su habitual ferocidad, le recrimina por beber agua en ese lugar del río. 

He comprobado que el agua que bebo tiene mal sabor por culpa tuya”, le dice el lobo al cordero, “estás ensuciándo mi agua y debes pagar por ello”.

Pero ¡oh lobo! si es que yo bebo siempre río abajo”, replica tímidamente el cordero, “ ¿cómo podrá ser entonces que yo ensucie el agua que tú estás bebiendo río arriba?!”

Pues sí; porque yo soy el lobo”.

Y diciendo esto, el lobo dio cumplida cuenta del cordero.


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