Joludi Blog

Nov 1
Tab Clear.
Con las cenizas humeantes del 68, el mundo se consolaba con la creencia de que la izquierda moderada aún iba a poder ser capaz de cambiar un tanto la realidad, capaz de cancelar progresivamente la escandalosa desigualdad social, capaz de...

Tab Clear.

Con las cenizas humeantes del 68, el mundo se consolaba con la creencia de que la izquierda moderada aún iba a poder ser capaz de cambiar un tanto la realidad, capaz de cancelar progresivamente la escandalosa desigualdad social, capaz de seguir manteniendo viva la utopia de la libertad y la justicia igual para todos.

Pero con los años, y especialmente en relación con la forma de hacer frente a la crisis económica global, esa izquierda moderada demostró que no tenía nada diferente que ofrecer respecto a sus predecesores. Y entonces la gente acabó culpando globalmente a esas élites a las que se dio en llamar “extractivas”, y  fue así como el viejo populismo/nacionalismo resurgió, como respuesta airada a una ansiedad colectiva insufrible. Esto es, en síntesis, lo que nos pasa. Una epidemia de ansiedad.

“¿Ansiedad?”… me pregunta Mercedes tras escuchar pacientemente mi perorata y sintiéndose apelada, como psicóloga, por la mención de esa palabra. “¿De verdad crees realmente que estamos ante un fenómeno de ansiedad colectiva?”…”¿En que te basas?”

En el márketing, le respondo. 

El márketing enseña que cuando una empresa lanza un producto aparentemente distinto al anterior, pero que al final demuestra ser idéntico a su precedesor, los consumidores terminan sufriendo ansiedad y rechazando airadamente-incluso irracionalmente- el producto que se suponía novedoso.

“¿En serio?”

Así es. Hay muchos casos que lo demuestran. Y también sesudos estudios. Me remito, por ejemplo, al profesor Kyle Murray, vicedecano de la Universidad de Alberta. En su bien conocida investigación, titulada “The Role of Arousal in Congruity-Based Product Evaluation”, demostró que cuando le presentas al público un producto presuntamente nuevo, que sin embargo solo cambia realmente en detalles menores como el color o la apariencia, eso suscita genuinos signos fisiológicos de ansiedad (un ejemplo de este fenómeno fue la desastrosa acogida que tuvo el lanzamiento de Tab Clear, la bebida sin azucar que solo se diferenciaba de su predecesora en la ausencia del habitual color marrón de las colas).

Y ocurre, prosigo, que la ansiedad es la hermana del miedo. Y el miedo es el padre de la ira. Y la ira es la que se encarga de aturdir a la razón. 

Así que ahí tenemos una posible explicación de lo que ocurre en medio mundo. Ansiedad, miedo, ira y sinrazón.

No conviene decirle a nadie que tienes algo nuevo y diferente si realmente no lo es. Y si aún así lo haces, te expones a que te paguen tu engaño con ansiedad. Y con ira. Tab clear.


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