Joludi Blog

Nov 1
Fiesta infantil.
“¿Qué sentido tiene que sean precisamente los niños los protagonistas del ya global Halloween, una especie de fiesta de los fantasmas y los muertos, que sin embargo son algo tan aparentemente alejado de la infancia?”, me pregunta...

Fiesta infantil.

“¿Qué sentido tiene que sean precisamente los niños los protagonistas del ya global Halloween, una especie de fiesta de los fantasmas y los muertos, que  sin embargo son algo tan aparentemente alejado de la infancia?”, me pregunta Marta. 

Buena pregunta. Pero es que ocurre que, antropológicamente, solo los niños pueden encarnar las almas de esos muertos que se evocan estos días. 

Porque, en el subconsciente colectivo, los muertos solo pueden ser algo así como zombis (como el Ayax que encuentra Ulises en el Hades), esto es, solo pueden los muertos ser una versión degradada de su existencia anterior, sin memoria ni identidad plena. Porque sería intolerable que viajásemos al otro mundo manteniendo todos nuestros recuerdos y nuestra identidad, sufriendo entonces eternamente por el recuerdo de lo que hemos dejado en este lado de la existencia.

Solo los niños pueden dar vida a la deshumanización o zombificación de las almas que ya los antiguos griegos habían intuido como necesaria. Y son solo los niños los que se encargan cada noche de Todos los Muertos (dejando a un lado el obvio eufemismo de usar “santos” por “muertos”), de ir visitando las casas, poniendo higiénicamente a cada vecino frente a la tesitura-truco o trato- de la muerte misma, esa misma muerte a la que, día tras día, nos limitamos a conjurar, de forma provisional, con alguno de los caramelos que la vida nos va ofreciendo.

Por cierto, un estudio realizado por una empresa de seguros inglesa (Norwhich Union Insurance) demostró que el 58% de los británicos apaga las luces de sus casas y simula no estar en ellas a fin de evitar tener que darle caramelitos a los niños visitantes…Yo no se que pensar…¿pretenden huir los británicos de ese enfrentamiento con la idea de la muerte que los niños encarnan en la noche de Halloween? ¿o simplemente son tan sumamente frugales que quieren evitar el gasto aparentemente innecesario de unos pocos peniques? 

Tal vez ambas cosas.


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