Joludi Blog

Nov 28
La leyenda china del jardín y el escondite.
“Hace muchos años, mucho antes incluso de la remota época llamada de la Primavera y Otoño, los sentimientos no vivían todavía en los corazones de los hombres, sino que andaban por el mundo libremente, sin...

La leyenda china del jardín y el escondite.

Hace muchos años, mucho antes incluso de la remota época llamada de la Primavera y Otoño, los sentimientos no vivían todavía en los corazones de los hombres, sino que andaban por el mundo libremente, sin saber muy bien que hacer. Muerta de aburrimiento, Chi, la locura, propuso a sus compañeros jugar al escondite. Inmediatamente, se unieron a ella los demás sentimientos.

La locura comenzó a contar hasta mil, mientras los sentimientos buscaban un sitio donde ocultarse. Tiao, la pereza, fue la primera en encontrar un escondite, pues se sentó en el primer banco que encontró en el parque, pensando que no hacía falta esforzarse más. Luego fue Xiang, la pasión, quien encontró escondite, ya que sin darse mucha cuenta se metió en un volcán humeante. Algo más tarde, Mei, la libertad, decidió camuflarse en una ráfaga de viento. Y en cuanto a Tung, el amor, eligió un frondoso rosal para esconderse.

Cuando la locura terminó de contar, salió a buscar a sus compañeros. No le fue difícil toparse con la pereza, pues estaba en la mitad del camino. También vio enseguida a la pasión, ya que una erupción del volcán la expulsó violentamente del crater en el que se ocultaba. En cuanto a Mei, la libertad, no le fue costoso encontrarla, pues comenzó a soplar el viento y ya se sentía su presencia por todas partes.

Tan sólo le faltaba encontrar al amor. Y la locura estaba encolerizada por no conseguirlo. El único lugar que quedaba por mirar era el frondoso rosal del jardín. Pero el amor, agazapado allí entre las flores, no se movía.

Fue entonces cuando la locura tomó un rastrillo y agitó furiosamente el rosal. Lamentablemente, hirió así al amor, y lo dejó ciego.

La locura sintió muchísimo lo sucedido. Y pidió perdón al amor, con toda su alma. Pero ya no había solución.

Así que en compensación, la locura se brindó a acompañar a amor por todas partes, en condición de lazarillo.

Desde entonces, el amor es ciego. Y vaga por el mundo acompañado siempre por la locura.”


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