Joludi Blog

Dic 15
Los tres Principios del Cava.
En estas “entrañables” fiestas, a las que tengo tanto cariño como los presos de Guantánamo a la familia Bush, me tocará abrir algunas botellas de cava o champagne. Debo decir que soy un maestro en ese campo. Y mi...

Los tres Principios del Cava.

En estas “entrañables” fiestas, a las que tengo tanto cariño como los presos de Guantánamo a la familia Bush, me tocará abrir algunas botellas de cava o champagne. Debo decir que soy un maestro en ese campo. Y mi legendaria torpeza con las manos no parece regir cuando se trata de descorchar con elegancia y precisión una botella de Brut Zero de Codorniu o, mejor aún, de genuino Dom Perignon.

¿Mi secreto? No tengo inconveniente en compartirlo contigo. Se basa en tres principios.

Principio de la Actitud Correcta

Es esencial realizar el proceso con absoluta convicción y fé en uno mismo. Nada de titubeos o de expresiones faciales de terror o consternación ante las muchas catástrofes que pueden derivarse de quitar el taponcito. Ni hablar. Tenemos que abrir el Möet de esta nochevieja como si fuese algo que hiciésemos un día sí y otro no. Sin darle menor importancia. Nada de silencios escénicos. Lo hacemos mientras hablamos de cualquier tema variado, como quien no quiere la cosa. Je, je, a mí botellitas de Champagne…

Segundo Principio: la posición.

La posición es importantísima en todos los órdenes de la vida humana. Y no sólo en ese en el que estás pensando ahora…A la hora de abrir una botella de cava, el secreto es inclinarla 45 grados. Ni uno más ni uno menos. Bueno, aproximadamente. Tampoco es preciso llevar un sextante al cotillón de fin de año. Es esencial esta inclinación porque si es menor, se derrama líquido seguro, y a un precio de 40 euros el litro, la cosa puede ser lamentable. Y si el ángulo es mayor, entra dentro de lo posible que el corcho se escape y fastidiemos un ojo a uno de los compañeros o compañeras de fiesta, cosa que no es oportuna para comenzar el año con buen pie.

Tercer Principio: Girar la botella, no el corcho.

Este es el verdadero quid de la cuestión. La mayoría de los no iniciados en el arte de abrir botellas de cava, gira con los dedos de la mano el corcho. Pero, lógicamente, eso les obliga a ir acomodando la mano para proseguir la rotación del corcho cuando ya ha dado una vuelta. Y justo en esos instantes en los que los dedos se separan del corcho para acomodarse de nuevo, es cuando por alguna ley cósmica inexorable ¡pum! salta el proyectil inesperadamente dejando en mal lugar al protagonista de la historia, que pone cara de sorpresa y desolación y dice eso tan socorrido de ¡"alegría"!

No. Lo que hay que hacer es dar vueltas a la botella, no al corcho. El resultado físico es el mismo, si Newton no era un imbécil. Pero la diferencia es que el corcho permanecerá firmemente sujeto a nuestra robusta mano, sin posibilidad de escape.

Tan sencillo como eso.

Animo. En el próximo festejo de estas señaladas fechas, ofrécete como voluntario para abrir la botellita y demuestra que eres un hombre de mundo. Recuerda cada uno de mis tres principios. Triunfo asegurado.