Esta madrugada, a eso de las cinco, ha muerto mi perro, Ruff. Descanse en paz este viejo amigo, Que siempre me aceptó tal como soy. Que nunca me tomó por quien no soy. Descanse en paz quien se limitó, A aceptarme y a quererme, Sin pretender nunca juzgarme. Oh, Dios, dale descanso y mucha agua fresca Y a mí hazme al menos La mitad de buena persona De lo que el creyó que yo era.