Joludi Blog

Dic 16
El Santo Prepucio.
Se acerca el día de Año Nuevo y ando buscando alternativas para inaugurar el año. Lo más seguro es que me vaya a esquiar con las niñas, pero no puedo descartar otras opciones muy adecuadas para comenzar el 2008. Una de ellas, por...

El Santo Prepucio.

Se acerca el día de Año Nuevo y ando buscando alternativas para inaugurar el año. Lo más seguro es que me vaya a esquiar con las niñas, pero no puedo descartar otras opciones muy adecuadas para comenzar el 2008. Una de ellas, por ejemplo, sería visitar Calcata.

Estoy hablando del precioso pueblecito de la foto.Es una pequeña localidad a 50 kilómetros al norte de Roma. Tiene un magnífico castillo medieval y unas estupendas callejas empedradas.

Pero la más importante atracción de Calcata, sobre todo para los que visitaban el pueblo en Año Nuevo, era una reliquia que daba a la localidad una prestancia y un caché extraordinarios, hasta que fue robada en 1983 . Se trata nada menos que el Sagrado Prepucio de Jesús. Era el gran tesoro de la ciudad. Se guardaba en una especie de sacristía con puertas de bronce, encima del altar de la Iglesia del Santísimo Nombre de Cristo.

La reliquia se exponía a la mirada pública cada día 1 de Enero. Para todos los que visitasen en esa fecha la Iglesia del Santísimo Nombre, había 10 años menos de sufrimiento en el purgatorio. Así que era para pensárselo. 10 años son un pico. Y si simplemente por echar un vistazo al Santo Prepucio uno se libraba de una década de aburrimiento y fastidio, pues era toda una opción para pasar el fin de año.

Los calcateños-o calcatinos, o calcatenses, desconozco el toponímico exacto-estaban muy orgullosos de contar con la única parte del cuerpo de Jesús que había quedado sobre la Tierra.

La leyenda dice que fue el Emperador Carlomagno el que recibió el sagrado objeto de manos de un angel. Cuando Carlomagno viajó a Italia, en el 800, para compincharse con el Papa y convertirse en el sucesor civil de los Emperadores de Roma, pensó que era una buena idea entregarle la reliquia como muestra de gratitud a Leon III. Setecientos años después, un soldado de las fuerzas de nuestro Carlos V, que saquearon Roma sin piedad en 1527, se apoderó del Santo Prepucio. Pero de camino a casa, arrepentido, lo entregó al párroco de Calcata.

Parece ser que este era el prepucio fetén de Jesús. El genuino. Digo esto porque en la Edad Media se contaban hasta 18 prepucios putativos, es decir, prepucios que pretendían todos ellos ser el verdadero prepucio del Redentor. Cosa imposible, ciertamente, pues pienso yo que ni siquiera está al alcance del Hijo del Hombre tener más de un prepucio. ¿O tal vez sí?. He ahí un desafío para filósofos y teólogos que no tengan otra cosa mejor que hacer.

La cuestión candente es ¿dónde está el Prepucio robado? Hay historiadores que han preguntado al Vaticano sobre el asunto. Pero este tema del Santo Prepucio no es de gusto para las autoridades católicas. De hecho, incluso antes del sacrílego robo, el Vaticano ya había tratado de crear un muro de silencio en torno a esta reliquia, pues se consideraba que daba pie a muchos comentarios irreverentes. Bien visto.

En cuanto al robo, muchos Calcatenses piensan que fue cosa del párroco (esto es una constante en la Historia Universal). Consideran que fué el muy pérfido quien se llevó el Santo resto a Turín y se lo vendió a un especialista en el mercado negro de reliquias, que en Italia está bastante desarrollado. Hay quienes piensan que ha acabado en manos de un grupo de satanistas que usan la reliquia en sus ritos sagrados. Otros acusan a los neonazis. Finalmente, hay quienes apuntan a los “servicios secretos” del Vaticano, que habían capturado la reliquia para evitar el torrente de irreverencia que tendía a desencadenar. Hay hipótesis para todos los gustos, por lo tanto. Y un tema estupendo para el próximo bestseller de Dan Brown. Tras el Código Da Vinci, le toca el turno al Prepucio de Calcata.

Bueno, después de todo, no me convence esto de ir a Calcata este fin de año. Creo que optaré otra vez por Saint Lary. Calcata ya no es lo mismo sin su Prepucio y los 10 años de indulgencia.

Y yo, si no hay indulgencias, ya no me muevo, la verdad.