Joludi Blog

Dic 23
Daños Colaterales.
El 1 de Julio de 2003, los parroquianos del pequeño pueblo de Forest, en Ohio, se encontraban en la iglesia local. Fuera, caía un aguacero. Una tormenta de verano estaba en plena actividad. Los truenos eran terribles. El cura, un...

Daños Colaterales.

El 1 de Julio de 2003, los parroquianos del pequeño pueblo de Forest, en Ohio, se encontraban en la iglesia local. Fuera, caía un aguacero. Una tormenta de verano estaba en plena actividad. Los truenos eran terribles. El cura, un tal Reverendo Don Hardman, estaba en pleno sermón. Al escuchar los truenos, su instinto le dijo que aquello había que aprovecharlo. Así que, justo a continuación de uno de los truenos, se le ocurrió una idea para llegar con más impacto a sus feligreses.

-¡La voz de Dios suena a menudo como un trueno! ¡Sí, Señor! ¡Te escuchamos, Señor!-dijo mientras levantaba las manos hacia el cielo. Y en ese momento ¡catacroc! un rayo cayó sobre la pequeña iglesia!

El períodico “Toledo Blade” contó como todos los asistentes pudieron ver las chispas recorriendo el cuerpo del predicador, desde su cinturón metálico hasta su micrófono inalámbrico. La señora Ronnie Cheney describió cómo apareció un “aura azul” en el edificio, se apagaron las luces y el sistema de sonido explotó.

Por lo visto, tras el shock, al cabo de 20 minutos, el Reverendo Hardman reanudó su sermón. No hubo daños humanos, sólo daños materiales. Un tipo bravo el tal Hardman, capaz de recobrarse después de haber sentido el impacto de la divinidad.

Es un acontecimiento real y documentado. Yo no se bien cómo interpretarlo. Una hipótesis es que Dios tuvo a bien confirmar lo que decía del Reverendo en el sentido de que el trueno transmitía sus divinas palabras.

Otra hipótesis es que Dios simplemente lanzó su rayo contra el edificio equivocado.