Joludi Blog

Oct 29
Pregoneros y repetidores.
Si lees los cuadernos de notas de Leonardo, al final notas algo muy extraño. Algo no encaja. De repente caes en la cuenta: no hay una sola cita de nadie; no hay una sola referencia a una autoridad.
Es exactamente lo...

Pregoneros y repetidores.

Si lees los cuadernos de notas de Leonardo, al final notas algo muy extraño. Algo no encaja. De repente caes en la cuenta: no hay una sola cita de nadie; no hay una sola referencia a una autoridad.

Es exactamente lo contrario de los libros de la época, que eran básicamente una sucesión de citas de autoridades. Nadie hablaba por su propia boca. Se entendía como exigencia académica decir una cita en cada párrafo. Esto es general en cualquier obra de un autor medieval.

En cambio, Leonardo no menciona a nadie. Y es consciente de ello. En cierto modo está acomplejado por no haber estudiado humanidades y no ser capaz de citar. Sorprendentemente, de acuerdo con los “standards” culturales de la época, Leonardo era un marginal, un indocumentado. Y él lo sabía. Pero también se siente orgulloso de ello. Quitando los griegos, es el primer gran pensador de la Humanidad que piensa por sí mismo. Esto, curiosamente, le hace enormemente singular. Y le convierte en símbolo de una época nueva de la Historia del pensamiento. He aquí sus palabras textuales al respecto:

“Aunque yo no puedo hacer citas de grandes autores como ellos, me basaré en algo mucho más grande y digno: en la experiencia instructora de sus maestros (…). Y si ellos me desprecian siendo un inventor, cuanto más deben ser despreciados ellos que no son sino pregoneros y repetidores de obras ajenas”.


  1. joludi ha publicado esto