El otro día, en un almuerzo, a alguien le dio por preguntarme qué cosa era la felicidad. Respondí al vuelo con una frase que recuerdo estaba escrita en una vidriera, en mi colegio: ser feliz es estar satisfecho con uno mismo y ver felices a los que te rodean. No se quien dijo algo tan simple y hermoso. Pero allí está. La he vuelto a ver hace unas semanas, cuando fui al viejo colegio a ver una obra de teatro. Pensándolo bien, yo le daría hoy una formulación distinta la frase, sustituyendo la idea de ver felices a los que te rodean por la de ver brillo en sus ojos. Esta mejora me la ha sugerido una fascinante conferencia de Benjamín Zander, que nadie se debería perder.