Joludi Blog

Feb 18
Sotanosaurios y Titiriteros.
Andan ahora movilizados los actores para apoyar la opción socialista. No estoy seguro de que sea una buena idea. No creo que esa movilización aporte un solo voto a las urnas de izquierda. Y sin embargo, es posible que...

Sotanosaurios y Titiriteros.

Andan ahora movilizados los actores para apoyar la opción socialista. No estoy seguro de que sea una buena idea. No creo que esa movilización aporte un solo voto a las urnas de izquierda. Y sin embargo, es posible que disuada a cierto electorado de centro que considera un escarnio el dinero público dedicado a promocionar el cine español.  Es algo parecido a la movilización, en sentido opuesto, de los obispos. Esta última no aportará un solo voto al electorado de derechas y en cambio, lo que sí conseguirá es exasperar a muchos españoles sin voto decidido que no pueden aceptar esta ridícula intromisión de las sotanas en la vida política. Yo estoy seguro que el votante medio español se subleva interiormente ante la perspectiva de que los religiosos de la Iglesia Católica, que ya manipularon su infancia impunemente, aspiren ahora a seguir manipulando su madurez mediante la intromisión en la vida política.

Pues lo de los actores y la plataforma que han montado me parece igualmente inútil o incluso contraproducente. Sería mejor que se quedasen en sus casas, tranquilos y expectantes. 

Porque el hecho es que, lo queramos o no, a una buena parte del público español le revienta el cine español, con el que casi nunca son capaces de conectar. Es tristísimo, pero es así. Y es especialmente así durante los últimos tres o cuatro años.

Un estudio llevado a cabo sobre la nota media de las películas españolas en la publicación Film Affinity revela que la valoración del público hacia nuestro cine doméstico se está derrumbando. Ha ido cayendo inexorablemente desde el año 2003, y de hecho, el pasado 2007 ha sido el segundo peor año de la Historia.

Es vital para nuestra cultura que el cine español subsista. Pero eso requiere un esfuerzo no solamente financiero, sino también un gran esfuerzo creativo y un apoyo institucional más inteligente. Y por añadidura, una actitud más humilde por parte de los actores, a los que con crueldad descarnada, los fedeguicos y otros voceros de la derecha llaman pesebristas y titiriteros.