Joludi Blog

Mar 4
Sobre la inutilidad de las discusiones.
Siempre he sostenido, un poco en broma un poco en serio, que es imposible convencer nunca a nadie de nada. Nunca se ha hecho y nunca se hará. Cuando alguien me dice que este planteamiento es una exageración, le...

Sobre la inutilidad de las discusiones. 

Siempre he sostenido, un poco en broma un poco en serio, que es imposible convencer nunca a nadie de nada. Nunca se ha hecho y nunca se hará. Cuando alguien me dice que este planteamiento es una exageración, le contesto que sin duda lo es, pues, en coherencia con mis postulados, pienso que es mejor gastar la saliva en chupar caramelos, por ejemplo, que en discutir inutilmente. Y el punto clave es que siempre es inútil discutir.

Pero ahora he encontrado un punto de vista que puede enriquecer o/y matizar mi punto de vista.

Según un estudio publicado estos día por el Journal of Personality and Social Psychology, el elemento clave es el poder. Si uno trata de convencer de algo a alguien que tiene o se siente con poder, el empeño es inútil.  La gente que se siente poderosa, en cualquier sentido, tiene una fortísima resistencia a cambiar de parecer. El único camino es esperar a que esa persona, circunstancialmente, se sienta con menos poder. Y ahí hay que aprovechar para exponer nuestros puntos de vista. Esa es la ventana de oportunidad para nuestros argumentos.

Cuanta razón tiene este estudio, que además tiene como coautor a una lumbrera española, el profesor Pablo Briñol, de la Universidad Autónoma de Madrid. Ya lo decía el personaje de Alicia en el País de las Maravillas en el curso de una discusión sobre el significado de las palabras: “lo que importa no es lo que signifique esta u otra palabra, lo que importa es quien manda aquí”.