Esperanza.
Los dioses regalaron a Epimeteo un ánfora o una urna (no está claro) con todos los “regalos” envenenados. Eran los Males con los que se podría hacer infeliz para siempre a la especie humana: el odio, la ira, la envidia…
La insana curiosidad de Pandora (pandora=todos los regalos), unida a la imprevisión imprudente de su esposo Epimeteo (epimeteo=el que ve hacia atrás), ocasionaron que todos esos vicios escaparan de su contenedor para eterna desdicha del Hombre.
Pero quedó uno al borde de la vasija, ni dentro ni fuera: la esperanza. ¿Por qué? Tal vez porque la esperanza es y no es una desgracia. Tiene una naturaleza límbica. Por eso se quedó en el borde.
Alivia la vida, es verdad. Pero también es cierto que solo la esperanza permite al hombre sufrir a diario, y eternamente.
