Joludi Blog

Mar 22
Miyajima.
La isla de Miyajima sintetiza todo lo mágico que uno espera encontrar en Japón. Es un lugar fascinante. Tiene mil rincones maravillosos tanto desde el punto de vista paisajístico como por su valor histórico o arquitectónico. Es un regalo...

Miyajima.

La isla de Miyajima sintetiza todo lo mágico que uno espera encontrar en Japón. Es un lugar fascinante. Tiene mil rincones maravillosos tanto desde el punto de vista paisajístico como por su valor histórico o arquitectónico. Es un regalo para el alma y los sentidos. Exactamente el lugar que uno proyecta en su imaginación cuando idealiza todo lo maravilloso que la cultura tradicional japonesa representa. Y a sus orillas se encuentra uno de los objetos más fotografiados del planeta Tierra, el legendario Torii de Miyajima.

No pude resistir la tentación de hacerme una foto al anochecer con el Torii al fondo contradiciendo mis principios según los cuales no tiene sentido hacer fotos de aquello que ya ha sido fotografiado hasta la saciedad por un millón de fotógrafos infinitamente mejores que tú.

Pero mientras escuchaba el tic tac del temporizador, con la cámara apoyada en la balaustrada, me hizo gracia pensar en lo paradójico que resulta que esta isla se encuentre tan sólo a un par de kilómetros de Hiroshima. No consiguió la bomba acabar con esta belleza. De alguna manera, el Torii protegió a Miyajima del infierno. Pero es que precisamente la misión de los Torii es esa, separar lo profano de lo sagrado, marcar la frontera entre la materia y el espíritu, entre la muerte y la vida. Y esa misión la cumplió bien este Torii legendario aquel espantoso 8 de agosto de 1945. Por eso se merece sobradamente que sea uno de los tres o cuatro objetos más fotografiados del mundo.

La foto no valió la pena. El pensamiento, quizá, sí. Y de eso se trata cuando se lleva encima una cámara, y se es tan mal fotógrafo como yo.