En Francia, un matrimonio medio, con un hijo, y solo uno de los conyuges empleado, dedica el 41% de sus ingresos a pagar impuestos. El doble que en Estados Unidos, casi. En España todavía no estamos en el nivel galo, pero la situación de los famosos mileuristas es tanto o más escandalosa. Porque con un ingreso del 67% del salario medio, una persona soltera y sin nadie a su cargo se ve obligada a pagar aquí el 28% de sus ingresos al socio tonto. Un escarnio insufrible.