Joludi Blog

Mar 24
El Fuji mayor.
Se ven pocos turistas españoles en Japón. Excepcionalmente, ayer, en el autobús hacia las laderas del Fuji, venía una parejita de recién casados madrileños. Ellos también se encaminaban hacia la montaña sagrada, sin saber que les...

El Fuji mayor.

Se ven pocos turistas españoles en Japón. Excepcionalmente, ayer, en el autobús hacia las laderas del Fuji, venía una parejita de recién casados madrileños. Ellos también se encaminaban hacia la montaña sagrada,  sin saber que les esperaba por la zona un entorno industrial muy distante de los bucólicos paisajes que nos suelen mostrar las postales japonesas. ¡Ah, infelices!, se encaminaban fatalmente hacia la segunda decepción de su viaje nupcial…

De todos modos, pese a la escenografía horrorosamente industrial, el Fuji es el Fuji. Realmente bello y colosal ya sea rodeado de cerezos o de antenas de telefonía móvil y postes de alta tensión. Y es una montaña que parece totalmente inaccesible. Se me hace imposible imaginar que organicen una carrera cada año para subir hasta allá arriba. Y que incluso suban ancianos (el record lo tiene un tipo de 102 años) ¡Qué cansancio! De todos modos, sólo dejan subir hasta la cima en Julio y Agosto; así que me libré de una buena paliza, que yo me conozco. A cambio disfruté de una versión japonesa de los coros y danzas regionales, ya que a mediodía había fiestecilla en las praderas del  Iwatomo, con muchos grupos folklóricos actuando sobre el prado mientras las familias de la localidad aplaudía y hacían el picnic en un entorno precioso decorado por soberbios rododendros en flor.

Por cierto que está fatal llamar Fuji Yama al Fuji Yama. Los japoneses llaman Fuji a muchísimos montes que tienen este perfil típicamente volcánico.  Hay más de 300 Fujis, por lo visto. Lo de  Yama es porque es una montaña, pues eso precisamente significa Yama. El Fujiyama es para ellos el Fujisan, que significa el Fuji mayor.

El ideograma kanji  para monte (yama) es de los que se pueden entender muy bien. Es como un tridente mirando para arriba, sin el palo, y con el elemento central un poco más grande que los dos laterales. Eso da una idea gráfica muy clara de lo que es una montaña. Si debajo de este grafismo colocan una especie de líneas que sugieren movimiento, ya tenemos otro ideograma que significa terremoto. Y si ponen dos grafismos de montaña uno encima del  otro, eso significa protuberancia, y puede servir para definir un grano que nos ha salido. 

Es divertidísimo esto  del kanji. Pero me  temo que no piensan lo mismo los estudiantes japoneses. Por cierto ¿cómo se dibuja estudiante en kanji? Muy sencillo, se dibuja el símbolo del niño (una especie  de silueta con la  cabeza gorda, ya que los niños tienen la cabeza muy  grande en términos relativos), y se le añaden tres admiraciones que salen de esa cabeza y que en general, muy apropiadamente, transmiten la noción de “idea”. Al unir los conceptos  de “niño” e  "idea", el kanji nos da el concepto de “estudio”. Muy sutil y muy bonito, pero me quedo con nuestro practiquísimo alfabeto latino (o romanchi, como  dicen  aquí).

Benditos fenicios.