Transacciones Filosóficas.
La primera revista científica de la Historia, confeccionada a partir de trabajos remitidos por investigadores, era la que publicaba en Londres, allá por mediados del siglo XVII, la Royal Society. Su nombre, completo, tal como aparecía en la portada, era muy curioso “Transacciones Filosóficas que Dan Cuenta de Los Presentes Empeños, Estudios y Trabajos de los Ingeniosos en Muchas Considerables Partes del Mundo”.
Quizá por el hecho de tener una cabecera tan chusca, la publicación londinense comenzó a recibir no pocas contribuciones de escritores de ficción y literatos de todo tipo. Así que los editores establecieron un sistema de revisión de las contribuciones, basado en el examen previo por parte de destacados hombres de ciencia. De este modo apareció el concepto actual de revista científica, en la que los investigadores someten sus trabajos al escrutinio de sus colegas.