
¡Algo realmente difícil!
Durante 8 largos días en Japón, no he sufrido ni visto un mal gesto en la calle, una mirada descortés, una discusión de ningún tipo. Pero ha sido desembarcar en el Charles de Gaulle para cambiar de avión y ya he vivido una pelea verbal entre un viajero impertinente y la cajera. Es un mundo de diferencia.
En Japón te pasas la vida diciendo y oyendo “arigato!”, muchas gracias. Todo son sonrisas. Es el mundo de la amabilidad. Pase lo que pase.
Por cierto que “arigato” es solo una de las muchas maneras de decir “gracias”, en Japón. Según la maravillosa Ruth Benedict, esta fórmula se ha impuesto debido a los grandes almacenes. Viene a significar “Algo realmente difícil”. El dependiente del establecimiento trata de encomiar la compra diciendo que lo que ha hecho el cliente por el establecimiento, al adquirir su objeto, es “algo realmente difícil”.
Hay otras fórmulas. “Sumimasen” también sirve en muchos casos. Indica literalmente “no tiene fin”. Quien dice “sumimasen” está indicando que la generosidad que ha recibido exigirá una reciprocidad sin fin.
Hay una expresión muy dramática también para decir gracias: “katajikenai”. Quiere decir que lo que has hecho por mí es a todas luces excesivo pues yo no soy digno de ello en absoluto. Es una generosidad casi ofensiva.
Igualico, igualico que por estos lares…