
Videollamada.
Es curioso lo mucho que está tardando en generalizarse el uso de videollamada mediante móvil. Hace una década, los que trataban de atisbar cómo sería el futuro de la telefonía, imaginaban que todas las llamadas llevarían imagen tan pronto la tecnología lo permitiese. No ha sido así. Y por el momento, los usuarios son reticentes a comunicarse mediante videollamada.
Se pueden enunciar varias razones, pero ninguna es totalmente convincente. Tal vez los consumidores tienen una percepción de que el precio de la videollamada será muy alto. Tal vez exista alguna barrera psicológica que disuade al usuario de mostrar su rostro y su expresión a la otra persona. Tal vez nos guste hablar con el teléfono pegado a la oreja y no en voz alta como si fuese un micrófono, que es la postura a la que nos obliga el sistema de videollamada.
Sea como fuere, la gente sigue usando el teléfono en la misma forma en la que lo usaba hace cuarenta u ochenta años. Se lo pone en la oreja y habla. Así de sencillo.
Sin embargo, estoy seguro de que la videollamada acabará abriéndose camino. Y posiblemente lo hará primero en forma de aplicaciones muy específicas.
Por ejemplo, anoche se me ocurrió que la videollamada por móvil podría ser muy útil para que las personas sordas se comunicasen con los no sordos. El sistema solo exigiría que el no sordo llamase a un número de teléfono de un centro de traductores al lenguaje de signos e indicase el número de móvil 3G de la persona sorda con la que quiere comunicarse. El centro de traducción hace entonces una videollamada a la persona sorda. A partir de ahí, el no sordo habla por el móvil y una operadora del centro hace la traducción simultánea al idioma de los signos. El sordo ve a esa operadora en la pantalla de su móvil y así comprende en tiempo real lo que su interlocutor quiere decirle. También se puede hacer la comunicación en sentido inverso, aunque eso implicaría algún pequeño problema operativo pues sería preciso que el sordo pudiese gesticular mientras el teléfono se encontrase bien situado para captar bien su imagen.
Me parece una solución interesante para facilitar la comunicación con personas sordas o sordomudas.
En cualquier caso, estoy seguro de que veremos muchas aplicaciones de este tipo en el futuro. Y tarde o temprano, la videollamada se acabará imponiendo, porque un rostro, una mirada, expresa mucho más que unas palabras.