Un niño de siete años entra en su colegio de Baltimore con dos pistolas cargadas. Cuando acude la policía, avisada por los asustados profes, desarman al pequeño y encuentran una tercera pístola en su taquilla. Como decía mi abuelo: ¡angelito!. Ocurrió el pasado Lunes. Curiosamente, no he leído la noticia en los periódicos españoles.