Recado.
Berlusconi utilizará todos los recursos legales para librarse de la acusación de prostitución de menores. Y conociendo el calibre de sus abogados no se puede descartar que lo consiga. Más difícil es que se libre de la segunda imputación, la de “concussione”, es decir, el abuso de poder para conseguir alguna ventaja, incluso no patrimonial. Esto se refiere al “recado” que Berlusconi mandó desde Francia para que los policías liberasen a Ruby, detenida por un hurto y a punto de contar sus relaciones con el Primer Ministro. Como se sabe, tuvo además Berlusconi la ocurrencia de decir que esa chica era la sobrina de Mubarak.
Ese “ricatto” le puede llevar al desastre a Berlusconi. Está confirmado, probado, grabado…Será el último de los innumerables “ricatti” que el político/empresario habrá mandado a lo largo de una interminable carrera. Pero será el “ricatto” definitivo.
Ricatto, o recado es una palabra muy interesante que viene del latín recapitare, capturar de nuevo o retener, y que es hermana de “recaudar”, en el sentido de conseguir, lograr algo…El significado evoluciona de forma natural para significar la realización de gestiones de cualquier tipo. Mi madre lo usaba mucho y yo, de pequeño, me preguntaba qué cosa podría ser eso tan misterioso de ir a hacer un recado…
En Italia, el ricatto por antonomasia es el que envía el mafioso para pedir dinero. Recibir un “ricatto” es básicamente ser víctima de un chantaje o de una extorsión. El mundo de la política italiana (y quizá no solo italiana) es entonces en esencia un cruce de ricatti entre unos y otros…
Yo también he oído en castellano una expresión muy bonita para definir el poder omnímodo de alguien muy influyente “…donde no llega manda recado”.
Berlusconi tenía gran talento natural para llegar a todas partes y mandar los pertinentes recados.
Pero eso le ha perdido, parece ser. O quizá no. Tiene mil vidas. Y le quedan bastantes recados por enviar. Eso seguro.