Joludi Blog

Oct 16
Sin precio.
Por si la economía y los economistas no estuviesen puestos ya suficientemente en cuestión con esta interminable crisis, acaban de dar el premio Nobel de economía a una pareja de científicos, uno de los cuales-Shapley- declara no haber...

Sin precio.

Por si la economía y los economistas no estuviesen puestos ya suficientemente en cuestión con esta interminable crisis, acaban de dar el premio Nobel de economía a una pareja de científicos, uno de los cuales-Shapley- declara no haber seguido un solo curso de economía en su vida (y a lo largo de sus 89 años, algo de tiempo le tiene que haber dado…). 

Pero, más allá de este curioso dato, ocurre que además el premio Nobel se les ha adjudicado a estos investigadores justamente por haber procedido a una demolición ordenada de la sacrosanta ley de la oferta y la demanda. 

Shapley y Roth han probado, con un soberbio aparato matemático, que los recursos escasos no tienen por qué ser necesariamente asignados mediante la convergencia de oferentes y demandantes. 

El mercado y los mercados, tal como sugieren las ecuaciones de los dos galardonados, no serían un mal necesario. Muy al contrario, el ser humano podría disponer de modelos alternativos en los que la avidez cruel, la ley del más fuerte, y la competitividad ciega dejan de ser el motor de la distribución de bienes y servicios. Desde la vida en el interior de las familias bien avenidas hasta los nuevos sistemas de speed dating para encontrar pareja, pasando por los algoritmos que ya se utilizan en diversas universidades americanas para dar acceso a los nuevos estudiantes y que se basan en los esquemas de Shapley y Roth, hay más casos de los que pensábamos en los que los recursos escasos se asignan de manera adecuada, sin necesidad de recurrir a los mecanismos implacables de la demanda y la oferta. 

A lo mejor, los resultados de Shapley y Roth van a contribuir a neutralizar la deshumanización de la organización económica del mundo. Tal vez, con permiso de los poderosos, que no entienden mucho de ecuaciones, ayuden a derribar alguna pared de ese espantoso templo que los economistas han erigido en torno al justiciero dios del precio.

Y eso es algo que, ciertamente, no solo merece un Nobel, sino que en realidad no tiene precio.


  1. sorapaopu ha reblogueado esto desde joludi
  2. joludi ha publicado esto