Como es bien sabido.
Me recrimina algún amable lector por repetir a menudo la muletilla “como es sabido”, incluso para cosas que no parecen ser bien sabidas. Tal vez.Yo lo digo como recurso para obtener la benevolencia de quien me lee y no parecer demasiado resabiado o pedante. Esto se ha hecho así en literatura española desde hace siglos. El infante Juan Manuel, por ejemplo, que tenía una cultura enciclopédica, no duda en decirnos continuamente que es lego. Delicado, el autor de la Lozana Andaluza, que estudió con Antonio de Nebrija en España y con los mejores maestros de la época en Roma y Venecia, se excusa a menudo ante el lector diciendo “soy iñorante y no bachiller”. Hay muchísimos más ejemplos de esta especie de benevolentia captatio a través de la modestia, que es la llave que abre todas las puertas. Es algo que además tiene un nombre específico, pues se llama topos humilitatis, o tópico de la humildad. Como es bien sabido.
