Joludi Blog

Mayo 31
Mark Twain y el arte de vivir.
Mark Twain fue un gran escritor y también una gran persona. Dos cosas que no siempre se dan de forma concomitante. En muchos sentidos su vida fue una admirable aventura. Por su forma de pensar, se adelantó a su tiempo...

Mark Twain y el arte de vivir.

Mark Twain fue un gran escritor y también una gran persona. Dos cosas que no siempre se dan de forma concomitante. En muchos sentidos su vida fue una admirable aventura. Por su forma de pensar, se adelantó a su tiempo en muchos aspectos. Fue un activo sindicalista y luchó contra el imperialismo, el racismo y el esclavismo. Solía decir que la Proclama abolicionista de Lincoln no solo liberó al hombre negro de la esclavitud, sino también al hombre blanco, lo que está muy bien visto. Fue también un hombre renacentista, con un interés enorme hacia la ciencia y sus misterios. Era amigo íntimo de una de las mentes científicas más extraordinarias de todos los tiempos, Nikola Tesla, y pasaba mucho tiempo en su laboratorio (en la foto). El mismo Mark Twain patentó unos cuantos inventos personalmente, incluyendo una avanzada máquina tipográfica que hubiese triunfado de no ser por el advenimiento de la linotipia, que dejó obsoleta su invención.
La larga y apasionante vida de Twain daría para escribir una monumental novela. Tuvo una infancia difícil y llena de privaciones. Debió aprender y educarse por sus propios medios pero lo debió hacer tan bién que fue galardonado con un doctorado en Oxford. Triunfó como editor y escritor hasta un nivel increible. Se arruinó y se enriqueció de nuevo unas cuantas veces. Trató con toda clase de especímenes humanos. Y aprendió cuanto pudo de todos aquellos a quienes frecuentó, ya fuesen vagabundos, borrachos, multimillonarios, catedráticos o jefes de estado.
Como resultado de la combinación de una vida tan rica y una mente tan lúcida, Twain se convirtió en un maestro en el arte de la vida y la felicidad. Muchos de los libros de autoayuda que ahora se venden por toneladas, dicen cosas que este gran hombre y autor ya vio con claridad y expresó mucho mejor y más ingeniosamente de lo que nadie ha podido hacerlo después de él.
¿Cuál era la filosofía de vida de Mark Twain? Se sintetiza en unos pocos puntos que bien pueden ilustrarse con algunas de sus frases inmortales.
Para empezar, Twain sostenía la importancia de la autoestima. Decía que “un hombre no puede sentirse confortable sin su propia aprobación”. Sabía que las barreras más difíciles para el éxito y la realización personal son las que nosotros mismos levantamos en nuestras mentes al considerar que no nos merecemos la felicidad o los logros a los que aspiramos.
Twain consideraba que otra causa clave de la infelicidad era la ira y el hábito de enfadarse. Decía que “el enfado es un ácido que puede producir más daño en la vasija que lo contiene, que en la superficie donde se vierte”.
Sostenía Twain que es preciso evitar obsesionarse inútilmente con los problemas. “Saca a tus pensamientos del mundo de tus preocupaciones…sácalos de allí tirándoles por las orejas, por los tacones o por cualquier otra modo que se te ocurra”.
Creía que la clave para ser feliz era determinar bien las aspiraciones personales y empeñarse en ellas, desafiando los riesgos: “Dentro de veinte años estarás más arrepentido de las cosas que no has hecho que de las cosas que has hecho. Así que arriésgate. Navega lejos de los puertos seguros. Deja que tus velas recojan los vientos del cambio. Explora. Sueña. Descubre
Proponía eludir a toda costa el vicio de mirarse demasiado al ombligo y obsesionarse en exceso por la propia felicidad. Decía que “la mejor manera de animarse uno mismo es animar al prójimo”, lo cual es una idea muy avalada por la psicología moderna. También ponía en guardia frente al victimismo crónico, que amarga la vida a tanta gente: “no andes todo el rato pensando que el mundo te debe la vida. El mundo no te debe nada. Estaba ahí antes que tú.”
Y, como era de esperar en un humorista genial, Mark Twain creía en el poder transformador del humor. Decía que el humor era la mayor bendición del genero humano. Y afirmaba que nada puede resistir el asalto de la risa.
Quizá Twain tuvo que emplearse a fondo con el humor para superar muchas de las tragedias personales que le fue dado vivir. En especial la muerte de su esposa Olivia y la de sus hijas Jean y Susy. En la tumba de esta última, destrozado porel dolor, el padre mandó escribir nueve líneas de un poema atribuido a un aborigen australiano, que tienen una belleza insuperable:

“Tibio sol del verano,

Brilla suavemente aquí;

Templado viento del sur,

Sopla dulcemente aquí;

Verde hierba que estás encima,

Reposa levemente aquí,

Reposa levemente aquí,

Buenas noches, mi querido amor,

buenas noches, buenas noches.”

Twain nació justo cuando el cometa Halley visitaba la tierra, en 1835. Y estuvo siempre convencido que ese mismo cometa se llevaría su vida en su próxima visita a este planeta, que sería en 1910. Bromeaba a menudo con este tema, diciendo que el Todopoderoso lo tenía todo planeado con respecto a esos dos extravagantes, él y el cometa. Y que si vinieron juntos, se deberían marchar juntos.
Y, sorprendentemente, así fue. Twain murió justo un día después de que el Halley se acercase de nuevo a la Tierra. La luz del cometa se unió al brillo de la mente del gran escritor. Y ambos se marcharon muy lejos. Deben estar vagando ahora por algún remoto lugar del Universo, intercambiando divertidas historias que solo conocen y saben contar los que han viajado mucho por el Mississipi o los que visitan a menudo las diferentes galaxias del espacio infinito.


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