Walter Benjamin escribió una cosa muy rara. Dijo que “habría que valorar la relación o el papel jugado por la embriaguez en la Declaración de los Derechos del Hombre”. Esto se presta a muchas interpretaciones. Una de ellas es la que nos indica que cuando se bebe mucho, es más fácil aceptar esos deliciosos desideratum según los cuales todos los hombres nacemos libres o iguales y similares. En realidad, el vino estimula una forma de camaradería en la que el igualitarismo y la utopía cobran cierto sentido. ¿Dónde es cierto que todos los hombres tengamos iguales derechos? Con toda certeza, esto no ocurre en el trabajo, ni en la vida amorosa, ni en las relaciones familiares…Eso es cierto en la taberna. Son cosas en las que se puede creer cuando se llega a un estado suficientemente agudo de intoxicación etílica. Tal vez a eso se refería Benjamin.