Joludi Blog

Jun 23
Minería de la Realidad.
La tecnología GPS, unida a la telefonía móvil, está permitiendo que se pueda saber dónde está cualquier persona en cualquier momento. Como era de esperar, ya se está pensando en cómo aprovechar al máximo esta información en...

Minería de la Realidad.

La tecnología GPS, unida a la telefonía móvil, está permitiendo que se pueda saber dónde está cualquier persona en cualquier momento. Como era de esperar, ya se está pensando en cómo aprovechar al máximo esta información en términos de márketing.
Esto es lo que propone una empresa de Nueva York, Sense Networks, que ha creado un programa destinado a analizar los itinerarios habituales de la gente y, a partir de esos datos, ofrecer recomendaciones para las cadenas de establecimientos comerciales.
Naturalmente, el tema tiene profundas implicaciones desde el punto de vista de la privacidad, pero lo que proponen los de esta empresa es empezar usando información estrictamente agregada, es decir, no fijarse en los datos de una u otra persona, sino en los que resuman el comportamiento de todo un colectivo, lo que según ellos no debería plantear problemas de privacidad a los diferentes integrantes del grupo.
Pero lo cierto es que ya se sabe lo que buscamos cada uno de nosotros en internet. Ya se conoce cada palabra de lo que escribimos o leemos en nuestros emails (especialmente si usamos gmail). Y ahora, con estos avances del GPS y la telefonía móvil, se va a saber incluso dónde estamos y dónde vamos en cada momento.
Los expertos llaman a este enfoque de márketing “reality mining”, es decir, “minería de la realidad”. La idea es que el comportamiento del colectivo humano sería como una gran montaña en la que se encuentra la mena; la labor de los expertos sería encontrar y extraer el valioso mineral, utilizando herramientas informáticas como, por ejemplo, esta que han desarrollado los de Sense Networks.
Pero, eufemismos aparte como este de la “reality mining”, lo cierto es que es más que preocupante que estemos cediendo tanta información y tanto poder. El riesgo de que todo esto se le vaya de las manos al ser humano es cada vez más grande.
La Historia demuestra que quien adquiere un poder omnímodo sobre los demás, acaba usándolo sin limitaciones. Y la Historia también demuestra que no hay poder más grande que el poder de la información.