Venecia versus Roma.
Venecia es uno de las pocas ciudades de Europa, si no la única, donde la catedral no ha sido el polo magnético del arte ni la principal iglesia. En Venecia, la iglesia principal es San Marcos que no nació como Catedral, sino como depósito del valioso despojo del evangelista que según se piensa había viajado por la Laguna algunos siglos atrás. Venecia se originó como ciudad cismática hace más de mil años. Nunca reconoció sinceramente la hegemonía de Roma. Y cuando la jerarquía laterana, representada por el Patriarca de Aquileia estaba a punto de extender al fin sus garras sobre la Serenissima, al Dogo se le ocurrió la genialidad de robar el cuerpo de San Marcos, que reposaba en Alejandría. Justo a tiempo. In extremis, Venecia adquirió el rango necesario para mirar a Roma de igual a igual. Desde que San Marcos llegó (un poco ajado, sin duda), el riesgo de subordinación a Roma quedó conjurado.