Joludi Blog

Feb 20
Paracharattein to nómisma.
Sigo pensando que el euro ha sido la gran desgracia para la gente de a pie. La dichosa moneda común ha servido de coartada, la mejor imaginable, para el despliegue del gran poder financiero europeo y la interminable conjura...

Paracharattein to nómisma.

Sigo pensando que el euro ha sido la gran desgracia para la gente de a pie. La dichosa moneda común ha servido de coartada, la mejor imaginable, para el despliegue del gran poder financiero europeo y la interminable conjura de los mercachifles. 

Yo sigo renegando de una moneda que simboliza muchos de los males sociales. Y al hacerlo creo situarme en la misma frecuencia de pensamiento que Diógenes, el Cínico. 

Para el viejo filósofo, la moneda simbolizaba todo lo que él despreciaba. Y por lo tanto, consideraba legítimo socavar su poder mediante su falsificación sistemática. Sostenía Diógenes que la actividad filosófica era o debía ser simplemente un modo más de falsificar moneda, “paracharattein to nómisma”, y él se sentía llamado a estos menesteres filosófico-monetarios nada menos que por la Pitia. 

Subrayo que no era una metáfora simplemente, pues parece que Diógenes, en su juventud, y quizá siguiendo una acendrada tradición familiar, se dedicó a falsificar moneda en su lugar natal, allá en la lejana ciudad hoy turca de Sínope. Ya en Atenas, Diógenes declaraba seguir haciendo exactamente lo mismo, por otros medios, argumentando además, con buena razón filológica, que paracharattein to nómisma significa también crear o acuñar nuevas normas o valores… 

Nietzsche, que era un gran conocedor de la obra del Cínico, quizá también pensaba igual y más de una vez pensó que la idea que podría sintetizar su obra filosófica tendría que ser “la transvalorización de todos los valores”, lo que en alemán suena muy potente: “Umwertung aller Werte”, que es precisamente el título que dio su hermana a una recopilación póstuma de notas inéditas del pensador alemán.

La norma social (nomos) y la moneda (nómisma) comparten una misma raíz etimológica. El nemo entre los griegos era la finca, el campito, el lugar donde se alimentaba el ganado del poderoso (nemoroso, decimos nosotros como sinónimo de boscoso o campestre). Luego nemo pasó a significar, claro está, dominar, gobernar y, por extensión, dividir, repartir desde el poder.  Así fue como surgió la palabra nómisma.

Y esta esta coincidencia la que nos recuerda, con Diógenes, con Nietzsche y con un servidor, que mientras los dioses de la moneda no cambien, nada cambiará. 

Porque ley y moneda, en nuestro tiempo, al igual que en la Grecia de hace 25 siglos, sigue significando esencialmente lo mismo…


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